Smooth Jazz, vacaciones y Java EE


Por supuesto que de lo que menos voy a hablar en este artículo es de Java EE. Figura en el título debido a que estoy preparando un examen sobre esta plataforma, y es una de las cosas que más ocupan mi mente (con gusto) en estos días.


Pero... para despejar la mente, nada mejor que buena música, sí señor.

Michael Franks es uno de los más dignos representantes del jazz fusión, o más precisamente del smooth jazz como se denominaría más tarde a este subgénero.

Este disco de 1978 (su cuarto disco de estudio) es uno de los que más me gustó de los álbumes de artistas pertenecientes a este subgénero del jazz.

La edición que tengo en mi colección es un hermoso disco de vinilo en perfecto estado de conservación, que encontré (y por supuesto compré) hace ya un tiempo en el Ejército de Salvación (recaudación de fondos para la ayuda social) de la zona de La Unión en Montevideo.

Como el "simple" hecho de escuchar música está asociado a sensaciones y apreciaciones tan subjetivas como intransferibles, no voy describir con palabras el contenido de este disco, o hacer comentarios que son habituales en las revistas especializadas, tales como: la canción "When the Cookie Jar Is Empty" refleja su traslado a Nueva York y contiene un mayor sonido de la costa este de los Estados Unidos. Yo qué sé...

Prefiero hablarles de mis propias sensaciones, y en todo caso sugerirles, si les gusta el jazz fusión, que se den un tiempito para escuchar un album interesante y distinto... en muchos sentidos.


Para la ocasión utilicé una pastilla Shure M44EM, no tan audiófila como mi M70EJ y mucho menos que mi adorada V15 Type IV, las que utilizo para ocasiones "especiales", aunque no es que esta ocasión no lo fuera. Es como cuando yo era niño: estaba "la ropa" y "la ropa para salir"; bueno, esto es algo así.


Pero ¿por qué no utilizar siempre una buena pastilla y dejarse de embromar?

Lo que pasa es que, como vivo trayendo y probando discos de todo tipo, y estos están en las más variadas condiciones, es que tengo varios tipos de pastillas según lo que vaya a probar.

No se olviden de que cada vez que escuchamos un disco de vinilo, este sufre un desgaste, al igual que la púa, debido al evidente contacto físico entre ambos; este es un desgaste imposible de revertir. Es curioso como al mismo tiempo que da placer al escucharse, su tiempo de vida se va agotando. Como pasa con las estrellas... como pasa con nosotros...

Nada como las tranquilas y silenciosas noches para escuchar música. Desde las primeras notas musicales que contiene este interesante disco, nos damos cuenta de que estamos ante algo genial y nada improvisado; me refiero a que no es un experimento musical más de los que andan por ahí (a propósito de fusión) sino que es interpretado con decisión y autoridad (no sé cómo explicarlo).

La voz de Michael Franks le imprime un sello diferenciador a todas las canciones de este album. Los tiempos, las letras (Carmen McRae y Diana Krall han grabado temas de este autor)... todo se encuentra ahí en su justa medida.

Además de la calidad artística, la calidad técnica (de grabación) de este disco es impresionante (las veces que he visto deslucir a artistas geniales por culpa de una grabación desafortunada que no hace justicia...).

Si bien en general el disco es tranquilo y relajado, destila ritmo por todas partes, pudiéndose diferenciar con meridiana caridad cada uno de los instrumentos musicales involucrados.

Ya ven, al final terminé como el de la revista: intentando describir con palabras el contenido de este disco, aunque de verdad eso es imposible. No se toma contacto con la música hasta que se escucha, hasta que estás a solas con ella. Es una química que se da en el momento, entre la música y tú, como pasa con las personas.

Aquí, a favor de la música, podría decirse que ésta es más sincera, que no se anda con vueltas y que va directamente a tu alma sin pedirte permiso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Revox B795: La máquina de hacer música

Viva el vinilo!